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Desde aquí tendremos una visión general del sitio. Podremos observar por un lado, los ingresos al Centro Cultural UNC, allí es posible contemplar un recorrido fotográfico y objetos encontrados durante las excavaciones arqueológicas. Además, veremos en detalle la plaza arqueológica número 2, con su correspondiente referencia al sistema de provisión de agua; detrás nuestro nos encontraremos con una de las puertas de acceso al antiguo Refectorio y notaremos la presencia de su estructura de protección. También podremos sentarnos en los bancos ubicados en el área de descanso, para observar las plantas con propiedades medicinales dispuestas aquí, que nos permiten conectar con la antigua Botica de la Manzana.

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11 – CINCO SIGLOS

Durante el período jesuítico, aquí se ubicaban distintos edificios y dependencias de trabajo de la Orden. Nos referimos a la Botica y su patio, el Antiguo Refectorio y el obraje. Este sector estaba destinado a la producción, administración y residencia.

Era habitado por jesuitas que cumplían diferentes funciones dentro de la Manzana, y también por esclavos africanos quienes aquí realizaban tareas como el servicio doméstico, herrería, carpintería, albañilería, panadería, zapatería, además de cumplir trabajos en la botica y las huertas, entre otras labores.

El valor del complejo radica precisamente en que permite visibilizar aquellas capas que exponen el proceso de superposición que subyace en la Ciudad de Córdoba. Desde donde nos ubicamos en este momento, encontraremos edificios de los siglos XVII, XVIII, XIX, XX y XXI.

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11 – A. PLAZA ARQUEOLÓGICA N°2 – SISTEMA HIDRÁULICO

 

En esta zona también existe un canal hidráulico y su correspondiente cisterna de almacenamiento de agua (de época posterior aún por determinar).

Este sistema de canales de agua que discurría bajo los pisos había sido descrito por el padre jesuita Grenón en la década de 1950 en la esquina de la calle Vélez Sarsfield, pero no había sido vuelto a estudiar hasta el presente.

Con el paso de los años, sobre estas estructuras del 3er patio del Colegio Máximo se construyó una casa, cuyos cimientos y sótano cruzaron y superpusieron las estructuras coloniales, hasta que, con motivo de la construcción del Centro Cultural , a las anteriores se superpusieron nuevas estructuras de cimentación arriostrada.

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11 – B. ANTIGUO REFECTORIO Y ESTRUCTURA DE PROTECCIÓN

 

Detrás de la plaza arqueológica nos encontramos con el muro sur del Antiguo Refectorio Jesuítico. El Refectorio, considerado como uno de los primeros edificios en ser construido en toda la Manzana, se trataba del comedor y un importante lugar de reunión.

Contaba con un púlpito, una escalera de acceso, mesas y bancos fijos y presentaba un espacio superior para depósito, con techo inclinado, sostenido por las vigas de madera que fueron restauradas y que podremos observar desde el punto de detención número 13. A través de diferentes puertas, se conectaba con el anterrefectorio, el tercer patio de trabajo y el corredor que daba paso al Patio de la Botica.

Como parte del Plan Integral, se diseñó y ejecutó una nueva estructura de protección, para cubrir y resguardar muros, vigas, el espacio interior y los hallazgos arqueológicos del sitio. Esta cobertura es una caja metálica, apoyada solo en cuatro columnas externas al Antiguo Refectorio.

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11 – C. EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS

En el año 1767, el Rey de España Carlos III expulsó a la Compañía de Jesús de todos sus dominios. En Córdoba, la orden se ejecutó en el mes de julio. La expulsión determinó, entre muchas otras consecuencias, el cambio de gobierno de la Universidad, que pasó a manos de la Orden Franciscana. Durante unos días, los sacerdotes y hermanos que vivían en la Manzana y en las Estancias de Córdoba fueron detenidos y ubicados en el Refectorio.

José Manuel Peramás – uno de los jesuitas confinados aquí en 1767 -, relató en su libro “Diario del Destierro”, que el comisionado Fernando Fabro llevó al Padre Rector al refectorio y que en él junta a la comunidad que estaba en el Colegio y a los demás jesuitas que van llegando del interior. Ese fue el inicio del proceso de expulsión de la orden jesuita del territorio de América.

Peramás escribió: “Esta noche fue la última de estar en Córdoba, en la que después de sacar las camas y petacas, a voz de pregonero vino Fabro y los alcaldes a despedirse de nosotros. Fabro con mil sumisiones y cumplimientos nos dijo que le perdonásemos porque yo, decía, aunque soy pecador, tengo también mis escrúpulos. Salimos, pues, entre las once y las doce de la noche para las carretas, rodeados de soldados y faroles delante.”

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11 – D. PLANTAS MEDICINALES EN LA BOTICA

 

Continuando nuestro recorrido hacia el este, en dirección a la calle Obispo Trejo, nos encontramos con un área de descanso. Allí podemos observar la presencia de numerosos ejemplares de plantas, que nos remiten a la época colonial, cuando aquí funcionaba la Botica de la Manzana Jesuítica. Consistía en un espacio donde se preparaban medicamentos a partir del uso de plantas medicinales y se atendía a enfermos.

Según el sacerdote y escritor Grenón, la botica del convento jesuita era “despensa, Farmacia y Enfermería o Consultorio (…), y no sólo para los universitarios, sino también para la ciudad de Córdoba”. Mencionamos a continuación algunas de las plantas con propiedades curativas que se utilizaban frecuentemente en la época de la colonia.

Los jesuitas de Córdoba podrían haber usado en su botica los siguientes ejemplares: aloe, azafrán, tomillo, salvia, anís, ruda, enebro, canela, achicoria, ajenjo, entre otras.

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Continuaremos nuestro recorrido en el punto de detención número 12. Ingresaremos al sector donde podremos observar las plazas arqueológicas restantes.

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